martes, 29 de junio de 2010
lunes, 17 de mayo de 2010
A la espera de la oscuridad
Todo en su debido orden, a su debido tiempo... ni antes, ni despues...
Ese instante que no se olvida. Tan vacío devuelto por las sombras. Tan vacío rechazado por los relojes. Ese pobre instante adoptado por mi ternura... Desnudo, desnudo de sangre de alas. Sin ojos para recordar angustias de antaño.Sin labios para recoger el zumo de las violencias perdidas en el canto de los helados campanarios.
Ampáralo niña ciega de alma. Ponle tus cabellos escarchados por el fuego. Abrázalo pequeña estatua de terror. Señálale el mundo convulsionado a tus pies... A tus pies donde mueren las golondrinas tiritantes de pavor frente al futuro. Dile que los suspiros del mar humedecen las únicas palabras por las que vale vivir. Pero ese instante sudoroso de nada, acurrucado en la cueva del destino, sin manos para decir nunca, sin manos para regalar mariposas a los niños muertos.
Alejandra Pizarnik
domingo, 4 de abril de 2010
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.