sábado, 31 de enero de 2009

Tu modo de abrigarme el corazón



Segura estoy de que no soy yo, es decir, que no soy Ella… aunque por momentos mi imaginación, que sobrevuela lugares recónditos, lo dudó… pero es como si un alma pudiera fundirse y habitar dos cuerpos, es como mirarse y aunque los rasgos y formas sean notablemente diferentes, uno sintiera que se esta reflejando, es como manar amor sin exigencias, es como hablar sin ensuciar las palabras, es como sentirla invenciblemente a mi lado, o quizás mas cerca, sin estarlo (al menos materialmente) ya que no dependemos de ciertas cuestiones como el espacio o el tiempo…
Ella… ese ser inconmensurablemente singular, único, particular, específico, exclusivo, propio, personal, peculiar, diferente… inunda cada espacio de mi vida…. Para transformarme en alguien especial a mi también, y Yo por momentos creo ser, de cierta manera que todavía no logro entender, algo así como… Ella.

Libertad...

martes, 27 de enero de 2009

No es demasiado tarde para construir una utopía...




Las tardecitas de Buenos Aires tienen ese qué sé yo, ¿viste? Salís de tu casa, por Arenales. Lo de siempre: la calle y vos. . . Cuando, de repente, de atrás de un árbol, me aparezco yo. Mezcla rara de penúltimo linyera y de primer polizonte en el viaje a Venus: medio melón en la cabeza, las rayas de la camisa pintadas en la piel, dos medias suelas clavadas en los pies, y una banderita de taxi libre levantada en cada mano. ¡Te reís!... Pero sólo vos me ves: porque los maniquíes me guiñan; los semáforos me dan tres luces celestes, y las naranjas del frutero de la esquina me tiran azahares. ¡Vení!, que así, medio bailando y medio volando, me saco el melón para saludarte, te regalo una banderita, y te digo... Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...No ves que va la luna rodando por Callao; que un corso de astronautas y niños, con un vals, me baila alrededor... ¡Bailá! ¡Vení! ¡Volá! Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...Yo miro a Buenos Aires del nido de un gorrión; y a vos te vi tan triste... ¡Vení! ¡Volá! ¡Sentí!...el loco berretín que tengo para vos: ¡Loco! ¡Loco! ¡Loco! Cuando anochezca en tu porteña soledad, por la ribera de tu sábana vendré con un poema y un trombón a desvelarte el corazón. ¡Loco! ¡Loco! ¡Loco! Como un acróbata demente saltaré, sobre el abismo de tu escote hasta sentir que enloquecí tu corazón de libertad...¡Ya vas a ver! Salgamos a volar, querida mía; subite a mi ilusión super-sport,y vamos a correr por las cornisas ¡con una golondrina en el motor! De Vieytes nos aplauden: "¡Viva! ¡Viva!", los locos que inventaron el Amor; y un ángel y un soldado y una niña nos dan un valsecito bailador. Nos sale a saludar la gente linda...Y loco, pero tuyo, ¡qué sé yo!: provoco campanarios con la risa, y al fin, te miro, y canto a media voz... Quereme así, piantao, piantao, piantao...Trepate a esta ternura de locos que hay en mí, ponete esta peluca de alondras, ¡y volá! ¡Volá conmigo ya! ¡Vení, volá, vení!Quereme así, piantao, piantao, piantao... Abrite a los amores que vamos a inventar... La mágica locura total de revivir...¡Vení, volá, vení! ¡Trai-lai-la-larará!


...¡Viva! ¡Viva! ¡Viva! Loca ella y loco yo...¡Locos! ¡Locos! ¡Locos! ¡Loca ella y loco yo!...




Fotografía tomada en San Telmo -Diciembre 2008-



La locura, la verdadera locura, nos está haciendo mucha falta, a ver si nos cura de esta peste del sentido común que nos tiene a cada uno ahogado el propio.

Miguel de Unamuno (1864-1936) Filósofo y escritor español.

martes, 20 de enero de 2009

Mario Benedetti

No te quedes inmóvil al borde del camino, no congeles el júbilo, no quieras con desgana, no te salves ahora... ni nunca... no te salves. No te llenes de calma, no reserves del mundo sólo un rincón tranquilo, no dejes caer los párpados pesados como juicios, no te quedes sin labios, no te duermas sin sueño, no te pienses sin sangre, no te juzgues sin tiempo... Pero si pese a todo, no puedes evitarlo, y congelas el júbilo y quieres con desgana y te salvas ahora y te llenas de calma y reservas del mundo sólo un rincón tranquilo y dejas caer los párpados pesados como juicios y te secas sin labios y te duermes sin sueño y te piensas sin sangre y te juzgas sin tiempo y te quedas inmóvil al borde del camino y te salvas... entonces... no te quedes conmigo...

lunes, 19 de enero de 2009

-Diego en mi mente- Frida Kahlo (1943)

"Mi Diego... Espejo de la noche. Tus ojos, espadas verdes dentro de mi carne, ondas entre nuestras manos. Todo tú en el espacio lleno de sonidos. En la sombra y en la luz. Tú te llamarás Auxocromo, el que capta el color. Yo Cromoforo, la que da el color. Tú eres todas las combinaciones de números. La vida. Mi deseo es entender la línea, la forma, el movimiento. Tú llenas y yo recibo. Tu palabra recorre todo el espacio y llega a mis células que son mis astros y va a las tuyas que son mi luz."
Frida Kahlo.

domingo, 18 de enero de 2009

Lo cotidiano podrá ser una manifestación modesta de lo absurdo...



... ¿Nos olvidamos, a veces, de nuestra sombra o es que nuestra sombra nos abandona de vez en cuando? ...
Hemos abierto las ventanas de siempre. Hemos encendido las mismas lámparas. Hemos subido las escaleras de cada noche, y sin embargo han pasado las horas, las semanas enteras, sin que notemos su presencia.
Una tarde, al atravesar una plaza, nos sentamos en algún banco. Sobre las piedritas del camino describimos, con el regatón de nuestro paraguas, la mitad de una circunferencia. ¿Pensamos en alguien que está ausente? ¿Buscamos, en nuestra memoria, un recuerdo perdido? En todo caso, nuestra atención se encuentra en todas partes y en ninguna, hasta que, de repente advertimos un estremecimiento a nuestros pies, y al averiguar de qué proviene, nos encontramos con nuestra sombra.
¿Será posible que hayamos vivido junto a ella sin habernos dado cuenta de su existencia? ¿La habremos extraviado al doblar una esquina, al atravesar una multitud? ¿O fue ella quien nos abandonó, para olfatear todas las otras sombras de la calle?
La ternura que nos infunde su presencia es demasiado grande para que nos preocupe la contestación a esas preguntas.
Quisiéramos acariciarla como a un perro, quisiéramos cargarla para que durmiera en nuestros brazos, y es tal la satisfacción de que nos acompañe al regresar a nuestra casa, que todas las preocupaciones que tomamos con ella nos parecen insuficientes.
Antes de atravesar las bocacalles esperamos que no circule ninguna clase de vehículo. En vez de subir las escaleras, tomamos el ascensor, para impedir que los escalones le fracturen el espinazo. Al circular de un cuarto a otro, evitamos que se lastime en las aristas de los muebles, y cuando llega la hora de acostarnos, la cubrimos como si fuese una mujer, para sentirla bien cerca de nosotros, para que duerma toda la noche a nuestro lado.
-Oliverio Girondo-
Fotografía tomada en el Café "La Poesia" (San Telmo) - Diciembre/2008